Este jueves 13 de noviembre, el SC Trade Center ha acogido la jornada El bosque del futuro para la sociedad del futuro, un evento que ha reunido a cerca de medio centenar de personas alrededor de temas como la bioeconomía, la sostenibilidad, la gestión forestal, la economía circular y el papel del bosque de Collserola como motor ecológico, económico y social.
Impulsada por diversas entidades del sector y administraciones públicas, la jornada ha puesto el foco en una pregunta fundamental: ¿qué futuro queremos para nuestros bosques y qué papel jugamos como sociedad en su preservación y valorización?
El bosque, recurso vivo y necesario
El concejal de Empresa y Energía del Ayuntamiento de Sant Cugat, Albert Salarich, ha abierto el acto destacando el papel de Collserola como “pulmón verde” del municipio y la necesidad de llevar a cabo acciones decididas para preservarlo:
“Tenemos una oportunidad de reflexión y de transformación, especialmente para los sectores que forman parte de la cadena de valor circular. Hablamos de más de 1.800 personas ocupadas en esta economía local y sostenible”.
Proyectos innovadores para transformar el territorio

Durante la jornada se han presentado proyectos como Bioforin, impulsado por el Clúster de Bioenergía de Cataluña (CBC), con Conrad Pagà al frente. Esta iniciativa trabaja para aprovechar la biomasa forestal como recurso energético, evitando el abandono de los bosques y poniendo el foco en la gestión sostenible, la investigación y la sensibilización ambiental.
Un bosque no gestionado es sinónimo de riesgo, “lo que puede provocar incendios, desaprovechamiento y contaminación”, ha señalado.
Desde Boscat, Diana González ha remarcado que nuestros bosques tienen una densidad excesiva y sufren falta de agua y de espacio vital.
“Necesitamos repensar la relación con el territorio y dar una segunda vida a todos estos árboles. Estamos ante una nueva oportunidad hacia una bioeconomía con raíces humanas y sociales”.
Natalia Tierno, técnica de las oficinas comarcales de energía y vivienda del Vallès Occidental, ha compartido la experiencia de Terrassa, donde la biomasa forestal ya se utiliza para climatizar equipamientos públicos como piscinas. Esto ha generado empleo verde, un ahorro de más de 20.000 toneladas de CO₂ y una eficiencia energética real.
También se ha reivindicado la madera catalana como recurso estructural a través del testimonio de Carles Martí, del Grup Boix, que produce madera contralaminada (CLT) en el Berguedà. Martí ha defendido el potencial de la madera local para construir de forma sostenible, generar empleo y capturar CO₂ de manera natural y duradera.
La ganadería en la gestión del territorio
Desde Can Domènech, Paul Domènech ha explicado el proyecto de silvopastoreo con burros, que ayuda a reducir el riesgo de incendios al tiempo que mantiene viva la actividad ganadera tradicional en Collserola.
En la misma línea, Teresa Beiges, del Centre de la Propietat Forestal, ha explicado cómo los créditos climáticos pueden ofrecer una vía de financiación para proyectos forestales con impacto real en el territorio, y cómo es necesario establecer criterios claros y fiables para garantizar su calidad y transparencia.
Mesa redonda: “El futuro de Collserola, entre biodiversidad, gestión y sociedad”
La jornada ha continuado con una mesa redonda donde diversos expertos del territorio han debatido sobre cómo debe ser el futuro del Parque Natural de Collserola en un contexto de cambio climático, presión urbana y necesidad de gestión forestal activa.
Joan Vilamú, jefe del servicio de acción territorial del Parque Natural de Collserola, ha remarcado:
“Estamos en una situación crítica: hemos pasado de un paisaje agrícola diverso a un bosque continuo, homogéneo y mal gestionado”.
Según Vilamú, esto supone una pérdida importante de biodiversidad:
“Si no gestionamos, acabaremos teniendo un solo tipo de bosque y perderemos muchas especies”.
Ha defendido la recuperación de espacios abiertos mediante agricultura y ganadería, y ha pedido impulsar la colaboración público-privada.
En la misma línea, Manel Ferrer, presidente de la Asociación de Propietarios Forestales Collserola Iniciatives, ha compartido una anécdota familiar:
“Mi abuelo, después de la filoxera, iba cada jueves a plantar pinos en Collserola; incluso pidió un crédito para hacerlo”.
Con este relato ha querido evidenciar cómo la gestión forestal ha sido históricamente una tarea vocacional y comprometida, y que es necesario recuperar ese espíritu con una gestión valiente y decidida.
Pau Moragas, de la cooperativa L’Olivera, ha subrayado la viabilidad económica y social de la actividad agroforestal:
“Los bosques del futuro deben convivir con la actividad agrícola y ganadera, y es necesario reconectar el campo con la sociedad”.
Ha explicado el proyecto de recuperación de olivos en Collserola como ejemplo de esta alianza entre producción, sostenibilidad y cohesión territorial.
Etel Arilla, subinspectora del GRAF de los Bomberos de la Generalitat, ha alertado del riesgo real de incendio en Collserola y ha defendido que:
“Necesitamos bosques gestionados y en mosaico; la masa forestal acumulada por el abandono es una bomba de relojería”.
También ha apelado a la pedagogía y a la autoprotección:
“La ciudadanía debe entender su papel activo ante el riesgo”.
El biólogo Miquel Rafa, responsable de sostenibilidad de la Fundación Catalunya La Pedrera, ha reforzado la idea de que es necesaria una intervención activa en el paisaje:
“Un paisaje únicamente conservacionista no es viable; debemos combinar espacios agrarios, biodiversidad y economía local”.
Ha insistido también en la necesidad de desestigmatizar la gestión forestal:
“Debemos cambiar la idea de que cortar un árbol es un acto negativo. A veces, cortar es necesario para salvar el bosque y garantizar que siga vivo”.
Por su parte, Jordi Tarradas, gerente de BOSCAT, ha recordado que los bosques son una herramienta imprescindible para la descarbonización de la economía:
“No podemos hacer frente al cambio climático sin ellos, pero tampoco podremos mantenerlos sin una economía que los haga viables”.
Ha añadido que el reto no es solo técnico, sino también social:
“Tenemos una sociedad que vive de espaldas a la naturaleza. Hay que reconectarla y hacer entender que el cuidado del bosque no es solo una responsabilidad institucional”.
Finalmente, Alba, miembro de la cooperativa Alimentem Collserola, ha presentado la experiencia de recuperación del tomate Mandó como ejemplo de proyecto agroecológico con retorno social y económico. Ha destacado la importancia de construir puentes entre agricultura, administración y ciudadanía para transformar la relación con el territorio de manera estructural.
La jornada ha finalizado con un baño de bosque, una práctica que invita a conectar con la naturaleza desde la calma, la respiración y la observación consciente. Una metáfora perfecta para cerrar la jornada: una nueva relación con nuestro entorno natural.
Una mirada compartida hacia un futuro más verde
El SC Trade Center participa en este tipo de actos que tienen como objetivo concienciar y conectar a profesionales, instituciones y ciudadanía en una conversación esencial sobre el futuro de nuestros bosques y de la sociedad.
Nuestro espacio quiere ser un punto de encuentro para iniciativas que, como esta, miran hacia adelante con visión de futuro y compromiso.
